La fidelidad en diezmos y ofrendas
La fidelidad en diezmos y ofrendas procede de un corazón que reconoce a Dios como su proveedor, y ha decidido creerle.
Dios es la fuente de nuestro sustento, y él nos pide administrar lo que él nos da. La Escritura claramente pide de los creyentes el ser fieles en los diezmos y en las ofrendas. El diezmo es apartar para Dios, la décima parte de lo que recibimos, y las ofrendas, son voluntarias.
1. Fidelidad al diezmar
La práctica de diezmar y ofrendar viene desde antes de que Dios hiciera pacto con Israel en el Monte Sinaí.
Así por ejemplo, Abraham apartó el diezmo:
18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra;20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. (Génesis 14: 18-20).
Los diezmos son una forma en la que Dios proveía sustento a quienes ministraban en el tabernáculo en primer lugar, y en tiempo posterior en el templo, como lo podemos leer en Números 18:26:
“26 Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos.“
Dice en Malaquías 3:10 y 11:
10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
La fidelidad en diezmos y ofrendas demuestran nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor, tanto de lo espiritual como de lo material.
2. Fidelidad al ofrendar
Las ofrendas, al igual que los diezmos, se daban antes del tiempo de la ley. Así por ejemplo, Caín y Abel presentaron ofrendas a Dios: “3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas (…).” (Génesis 4: 3,4)
Respecto a las ofrendas, dice en Deuteronomio 16:16 y 17: “16 (…) Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías;17 cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.”
En cuanto al ofrendar, no hay un porcentaje bíblico establecido pero tenemos principios que nos orientan. Por ejemplo, leemos en II Corintios 9:6-8:
6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
La fidelidad a Dios debe ser demostrada tanto en aspectos espirituales como materiales.