Esta es una invitación para meditar en las Sagradas Escrituras, basada en la Biblia Revisión Reina-Valera 1960, usada con permiso.
En esta meditación va a encontrar el pasaje bíblico para leer, tres enunciados para completar, un versículo bíblico para memorizar, y un espacio para reflexionar, sin embargo es una meditación individual pues sólo usted valorará sus respuestas.
Salmo 48
«En sus palacios Dios es conocido por refugio.»
(Salmo 48: 3)
ENUNCIADOS PARA COMPLETAR
Después de leer el Salmo 48 de la Biblia Revisión Reina-Valera 1960, y de acuerdo al mismo, seleccione la opción que completa el enunciado y compare con la respuesta correcta.
1. Porque he aquí los _________ de la tierra se reunieron;
Pasaron todos.
Y viéndola ellos así, se maravillaron,
Se turbaron, se apresuraron a huir.
RESPUESTA
Pasaron todos.
Y viéndola ellos así, se maravillaron,
Se turbaron, se apresuraron a huir.”
(Salmo 48: 4, 5)
El énfasis es añadido
2. Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios,
En medio de tu ____________.
RESPUESTA
En medio de tu templo. ”
(Salmo 48: 9)
El énfasis es añadido
3. Conforme a tu nombre, oh Dios,
Así es tu loor hasta los fines de la tierra;
De _____________ está llena tu diestra.
RESPUESTA
Así es tu loor hasta los fines de la tierra;
De justicia está llena tu diestra.”
(Salmo 48: 10)
El énfasis es añadido
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR
Pase el puntero del mouse sobre el cuadro si usa computadora, o haga clic sobre él si usa celular, y memorice el versículo.
Salmo 48: 14
“14 Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;
Él nos guiará aun más allá de la muerte.”
ESPACIO PARA REFLEXIONAR
¡Qué bendición tener un lugar donde nos encontremos con Dios! Así por ejemplo, el salmista dice que se acuerdan de la misericordia del Señor en su templo, y que Dios es conocido por refugio en los palacios de la ciudad del gran Rey. Sin embargo, no hay un lugar físico único al cual ir para encontrarnos con nuestro Dios, sino que ahora tenemos un camino nuevo y vivo que nuestro Señor Jesús nos abrió para orar a nuestro Padre. ¡Qué hermoso es acordarnos de la misericordia del Señor en nuestras oraciones! ¡Qué hermoso es adorarlo al orar! ¡Qué hermoso es refugiarnos en Él al orar! Y si el Señor nos concede un lugar físico para encontrarnos con Él, ¡Qué hermoso es reunirnos!
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