Carta abierta

Nuestro objetivo es crear material cristiano para hermanos y hermanas en la fe, que viven en lugares donde son perseguidos por ser cristianos. Este material estaría disponible a través de sitios web y en sus propios idiomas. 

27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
 (Juan 14: 27)

El Dios siempre presente. Estuvo ayer (pasado). Prometió estar hasta el final (futuro), pero también es el Dios siempre presente. En esta cita bíblica nuestro Señor Jesús nos habla en presente: “dejo”, “doy”, “doy”, “da”, “no se turbe”, “ni tenga”. 

Algunos de nosotros tenemos algún tiempo de haber creído en Cristo (pasado), y le prometimos entregarle nuestra vida (futuro), pero hoy nos enfocaremos en el presente. ¿Conocemos a Jesús? (presente) ¿Caminamos con Jesús? (presente) ¿Vivimos en Cristo? (presente). Mis adversidades pueden aparecer, pero mi Dios está presente. Las dudas pueden asomarse, pero mi Dios está presente. Las rutinas pueden estar ahí, pero mi Dios está presente. Él es el Dios presente. Decido en este presente caminar con él,  y disfrutar de su presencia. 

Y en este presente el Señor nos habla: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14: 27). El mundo tiene una paz, y Cristo tiene Su paz. Cristo nos da Su paz no como el mundo la da. Y por esa razón, nos da una orden, en presente: Nuestro corazón no debe turbarse, ni debe tener miedo. ¡Son sus palabras un regalo para nuestro presente!

Esta semana habilitamos una encuesta en los cuatro idiomas en los que estamos trabajando. Preguntamos a los visitantes si (en presente) viven en Cristo (en idioma español), y si conocen a Jesús (en los otros idiomas). Preparamos los códigos, y los habilitamos y a horas de haberlos habilitado, ya recibimos respuesta en los cuatro idiomas. ¡Dios quiere que lo conozcan a él, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien él envió! Además, para los que vivimos en Cristo, Dios quiere que mantengamos sin fluctuar la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 

Mis amadas y mis amados hermanos, un abrazo en Cristo.

Mk. 

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